Hola, soy Carmen, la persona que está detrás de Jardín del Carmen. En 1996 tomé una decisión que lo cambió todo: deje la universidad para hacerme cargo del negocio de flores que mis padres iniciaron, y desde entonces no he hecho otra cosa que vivir, sentir y crear con ellas.

Las flores no son solo mi trabajo, son mi forma de ver el mundo.

Desde el primer día tuve claro que no quería una floristería convencional, me gusta que las flores emocionen, que cuenten, que hablen… que dejen huella.

He pasado todos estos años formándome, y aún a día de hoy sigo explorando diferentes maneras de entender este arte. He aprendido de grandes profesionales, he probado estilos, técnicas y enfoque distintos.

Y después de todo ese camino, sé que lo que más me apasiona es el mundo de las bodas. No hay nada como trasformar un espacio, capturar una historia y crear algo único para cada pareja, algo que tenga sentido, que hable de ellos… ¿HABLAMOS?